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La seguridad y la salud laboral

23/04/2010

El sindicalismo mundial recuerda cada 28 de abril como el día de la Seguridad y la Salud Laboral o, como algunos lo llaman, la jornada de conmemoración internacional de los trabajadores fallecidos y lesionados en el trabajo.

Si bien la promoción de la seguridad y salud ocupacional ha mejorado durante los últimos años, el número de muertes, lesiones y enfermedades en el lugar de trabajo continúa siendo inaceptablemente alto y tiene consecuencias devastadoras en hombres, mujeres y sus familias. Además, también las economías pierden. Por ello, la seguridad y la salud del trabajo no es un imperativo exclusivamente ético, sino también productivo.

Pocos saben que cada año mueren, por razones vinculadas al trabajo, más de 2,3 millones de personas: cerca de 360.000 por accidentes y de 1,95 millones por enfermedades. La tasa de mortalidad en los países en desarrollo es de 5 a 7 veces mayor que en los países industrializados.

Es decir, mueren por razones vinculadas al trabajo más personas que las fallecidas en guerras, accidentes viales, SIDA, tabaquismo o cáncer.

Por otra parte, enferman anualmente alrededor de 160 millones de trabajadores y se producen cerca de 270 millones de accidentes de trabajo.

Silenciosa y olvidadamente, en todos estos casos.

En términos económicos, se calcula que cerca del 4 % del Producto Bruto Interno mundial, es decir alrededor de 1,25 billones de dólares, se pierde anualmente a causa de los costos directos e indirectos relacionados con los accidentes y enfermedades en el trabajo, por ejemplo por pérdida de tiempo de trabajo, indemnización de los trabajadores, interrupción de la producción y gastos médicos.

Las sustancias peligrosas causan cerca de 651.000 muertes al año, la mayoría en países en vías de desarrollo. Es posible que esta cifra sea aún mayor, dado que muchos de estos países no cuentan con sistemas de denuncia y notificación adecuados.

Las enfermedades pulmonares ocurridas en algunas industrias y en la minería, producidas por la exposición al amianto, el carbón y el silicio, son todavía tema de preocupación. Sólo el amianto es responsable cada año de 100.000 muertes.

La Salud y Seguridad Laboral es una multidisciplina que, erróneamente, es todavía denominada en Argentina "Higiene y Seguridad del Trabajo". Desde comienzos de la década del ´80, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) amplió su contenido y cambió aquella denominación por la de Seguridad y Salud Laboral. Está integrada por la higiene del trabajo, por la seguridad del trabajo; pero también por la medicina del trabajo y por las “nuevas” disciplinas, la ergonomía social o laboral y la psicosociología del trabajo.

Cada año, con motivo de la conmemoración del 28 de abril, la OIT selecciona temas y subtemas, intentando que funcionen como motivadores para la implantación de la cultura de la prevención.

En 2.003, el lema fue “La seguridad y la salud en el trabajo en un mundo globalizado”, entendiendo que una firme cultura de seguridad y salud laboral es un paso crucial para enfrentar los efectos de la globalización.

En 2.004, “Trabajo sin riesgo y cultura de la seguridad” centró la atención en la creación de trabajo sin riesgos, en la promoción de la cultura de la prevención y en la reducción del número de víctimas causadas por accidentes del trabajo. Los subtemas fueron: las sustancias peligrosas, la violencia en el lugar de trabajo y las enfermedades respiratorias profesionales.
El documento “Una cultura de prevención en materia de seguridad y salud”, en 2.005, puso el acento en este concepto –cultura de la prevención- como centro de la seguridad y salud ocupacional. El otro aspecto seleccionado fue la profundización de los esfuerzos por lograr la reducción de las muertes por accidentes del trabajo. Los subtemas incluyeron el trato especial que requiere el sector de la construcción y la seguridad y salud en el trabajo para los trabajadores jóvenes y de mayor edad.

En 2.006, “Trabajo Decente – Trabajo seguro – VIH/SIDA”, se propuso contribuir a reducir el número anual de muertes en a accidentes en el trabajo, incluidas las causadas por el VIH/SIDA, y a promover el trabajo decente mediante la eliminación del estigma y la discriminación en el lugar de trabajo asociada con esta enfermedad.

En 2.007, “Lugares de trabajo seguros y sanos - Hacer realidad el trabajo decente”, vincula la seguridad y salud ocupacional con el concepto de trabajo decente; explica por qué están más expuestos los trabajadores precarios, los informales y los pertenecientes a micropymes; relaciona la prevención con la productividad y la competitividad y remite al concepto integrador de la responsabilidad social empresaria.

En 2.008, “Mi vida, mi trabajo, mi trabajo en seguridad - Gestión del riesgo en el medio laboral”, la OIT suministra algunas medidas clave para reducir los riesgos y destaca que la gestión de los riesgos del trabajo es una función compartida entre los sindicatos, los empleadores, los gobiernos y la sociedad.

En 2.009, “Salud y vida en el trabajo: Un derecho humano fundamental”, la OIT pasa revista a los instrumentos internacionales que contemplan el derecho a la seguridad y salud en el trabajo. Además, reflexiona sobre el impacto de la crisis financiera mundial.

En este año, en “Riesgos emergentes y nuevos modelos de prevención en un mundo de trabajo en transformación”, la OIT reflexiona sobre las condiciones que influyen en el diseño del trabajo: los avances tecnológicos; la globalización; la reducción y eliminación de algunos riesgos y peligros más tradicionales; la aparición de “nuevos” riesgos y peligros; las nuevas exigencias de la vida social y laboral; el cambio en los perfiles de edad en la fuerza de trabajo; el equilibro de género en el ingreso y ascenso en el trabajo y los nuevos enfoque para la prevención.

Finalmente, un aspecto central es el relativo a la consideración de género: la seguridad y salud en el trabajo tiene una posibilidad de estudio y consideración que incorpora la idea de igualdad entre hombres y mujeres. Hoy las mujeres representan el 40 % de la fuerza de trabajo mundial, es decir, 1.200 millones de los 3.000 millones de trabajadores en el mundo. Esta presencia creciente ha planteado una serie de interrogantes: los diferentes efectos para trabajadores y trabajadoras que causa la exposición a sustancias peligrosas; el impacto de los agentes biológicos en la salud reproductiva; las demandas físicas del trabajo pesado; el diseño ergonómico de los lugares de trabajo y la extensión de la jornada laboral, en especial, teniendo en cuenta las tareas en el hogar. Por otra parte, existe el imperativo mundial de re-considerar la prevención de accidentes y enfermedades laborales desde la perspectiva de género, ya que tradicionalmente las normas de seguridad y salud en el trabajo y los límites de exposición a sustancias peligrosas se basan principalmente en poblaciones masculinas.

(Fuente: mdzol.com)

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