Fue ésta una de las pocas cosas que quedó clara en el juicio que ayer se celebró contra el apoderado general y encargado de la empresa, B.M.H., que se acogió a su derecho a no declarar, como acusado de homicidio imprudente por el que el Ministerio Fiscal le solicita la pena de un año y tres meses de cárcel.
Sí lo hicieron empleados y ex trabajadoras de la lavandería, que se contradijeron en sus versiones sobre la ropa de trabajo que habitualmente llevaban, aunque la mayoría coincidió en que era el uniforme reglado y conforme a la norma y, en su defecto, ropa ajustada para evitar enganches con las máquinas.
Sin embargo, el día del accidente, la víctima, de 47 años, llevaba una bufanda puesta porque, según sus compañeros, la había olvidado el día anterior y no quería volver a hacerlo.
Aunque ex trabajadoras de la empresa declararon que era habitual que allí se trabajara con bufandas y abrigos por el frío, otros aseguraron que el acusado y su esposa insistían en que no llevaran nada que pudiera engancharse y que en alguna ocasión riñeron a la víctima por llevar bufanda.
Sin embargo, tal advertencia no es suficiente para prevenir un accidente laboral, según declaró ayer el técnico que realizó el informe pericial desfavorable, quien indicó en el juicio que los empleados deben tener formación previa «teórica, práctica, adecuada y suficiente» antes de la realización del trabajo. Sin embargo, ni la víctima ni los compañeros habían hecho cursos, aunque habían recibido indicaciones y charlas.
La técnico que impartió una de ellas en marzo de 2007 declaró que, durante la visita a la empresa, todos los empleados vestían de forma adecuada y que daba una puntuación «bastante alta» a la empresa en cuanto a prevención según lo que ella vio.
Conocían el funcionamiento
Según reconocieron los testigos, todos sabían por el acusado y su esposa cuáles eran los botones para parar la máquina por emergencia. Había tres aunque dos se encontraban en los extremos debido a que el manual de la máquina habla de que deben trabajar dos personas. La víctima se encontraba en el centro y no pudo darles, aunque sobre ella tenía otro al que ayer no quedó acreditado si no dio por desconocimiento o porque en su situación le fue imposible. Aunque un compañero que estaba detrás de la máquina intentó cortar la cinta y parar la máquina, cuyos botones de emergencia funcionaban, no se pudo evitar la muerte de la mujer.
(Fuente: abc.es)
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