La pandemia ha tenido grandes repercusiones en la salud mental de la población durante el confinamiento y la incorporación a la “nueva normalidad”. Esta crisis no ha pasado en balde para nadie y todos llevamos secuelas en mayor o menor medida.
Con esto, hay que decir que el coronavirus nos ha ofrecido la posibilidad de desarrollar nuestra resiliencia a la hora de enfrentarnos a esta situación. Cuando se habla de resiliencia, nos referimos a la capacidad que tiene una persona de enfrentarse a una situación conflictiva o crítica, superándola y aprendiendo de ella. Cada persona es diferente, pero todos somos capaces de ser resilientes y hacer frente a los problemas que se nos presentan.
Aunque no parezca un asunto serio, la resiliencia durante la pandemia ha sido determinante en cómo una persona afronta el día a día conviviendo con el virus. Las claves para ser más resiliente son adaptarse, ser flexible mentalmente y aprender de la nueva situación. Intentar ser menos rígidos con las actividades cotidianas, aceptar nuestras emociones y focalizarnos en lo que es importante para nosotros son algunas pautas para desarrollar nuestra resiliencia y sentirnos mejor ante la situación que vivimos.
(Fuente: 20 minutos)
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