La responsabilidad corporativa puede fallar si no tiene un propósito social
22/04/2019La Responsabilidad Social Corporativa es un concepto con tantos prismas y está tan vivo, que resulta difícil de reducir en una definición al uso de unas pocas frases.
Por ejemplo, Cruz Roja la define de la siguiente manera: “la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o Empresarial (RSE) trata del compromiso de la empresa con el contexto que le rodea, compromiso que parte de la conciencia de las consecuencias de su actividad, tanto positivas como negativas.”
Para el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, otra organización que impulsa esta circulación empresarial y social, la RSC “es una forma de dirigir las empresas basada en la gestión de los impactos que su actividad genera sobre sus clientes, empleados, accionistas, comunidades locales, medioambiente y sobre la sociedad en general”.
La gestión desde la RSC puede cambiar el mundo porque toda la fuerza de las organizaciones públicas y privadas que siguen esta estrategia se focaliza en los principales retos mundiales. Pero cada empresa, ONG e institución de ese mismo mundo no pueden atender a todo. No es realista y puede debilitar su RSC. Por eso es muy útil que cada organización defina un propósito social concreto que le facilite la planificación de acciones y le de contenido a su estrategia responsable. Eso es el propósito social: el elemento que da sentido y fuerza a la RSC.
Cuando una empresa identifica su propósito social y orienta su gestión a obtener resultados de forma honesta también en este apartado, los clientes se vuelven más fieles, la plantilla más leal, las estrategias de innovación más claras, la comunicación reputacional más fácil, la elección de patrocinios más evidente, y así un largo etcétera.
(Fuente: Huelva Información)
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