Infartos y derrames: primera causa de muerte laboral
06/03/2017Durante el año 2016 murieron en España 607 personas mientras estaban trabajando o se dirigían a su puesto de trabajo. De ellas, más de un tercio sufrieron un infarto o un derrame cerebral, el único accidente de tipo no traumático que contemplan las estadísticas.
En total, 219 personas fallecieron debido a esta circunstancia, ligada al estrés y la organización de trabajo: “La relación entre el estrés y las enfermedades coronarias está ampliamente demostrada, y ya es una de las principales causas de baja y problemas laborales”, señala Carmen Marroquí, médica especialista en medicina del trabajo.
A diferencia de los variables datos de siniestralidad laboral traumática, el porcentaje de fallecimientos por motivos psicosociales se ha manteniendo estable durante los últimos años.
La razón es que las empresas les dedican peor prevención, comparados con los accidentes más aparatosos y visibles. “Los riesgos psicosociales siempre han estado en un segundo plano porque las empresas se han centrado más en la seguridad para prevenir los accidentes traumáticos”, apunta la doctora, que estima que en 2020 la primera causa de baja laboral será el estrés.
Además, la dificultad de valorar cuándo un infarto o derrame es consecuencia de un problema laboral, unida a que este puede no producirse en el sitio de trabajo, aunque sea su causa, hace que la cifra pueda ser mucho mayor.
Además, el estrés no está contemplado como enfermedad laboral y depende de la interpretación que haga cada persona; para mí puede ser estresante algo que para otra persona no lo es”, señala Marroquí. A la hora de sufrir este tipo de desenlace fatal, pueden influir factores como el ambiente de trabajo, su objetivo, las condiciones o cuestiones más personales como la capacidad de cada empleado o la sensibilidad.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo considera que la siniestralidad laboral es un “reflejo de las condiciones de trabajo” y que todos los accidentes son evitables: “En algunos casos, las estrategias necesarias para evitarlos serían puramente organizativas, en otras circunstancias intervendrían estrategias de coordinación o técnicas”.
(Fuente: El Confidencial)
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