La crisis desplaza la preocupación de los ciudadanos por la responsabilidad y la sostenibilidad
10/04/2012Presentación del estudio 'Consumo Responsable y Desarrollo Sostenible: Tendencias de Consumo Responsable 2012'
Sólo un 8% de los consumidores reconoce preocuparse por el impacto ambiental a la hora de consumir, mientras que un 30% está preocupado por la crisis económica y el 25% por la pobreza y las desigualdades sociales. Así se desprende del estudio “Consumo Responsable y Desarrollo Sostenible: Tendencias de Consumo Responsable 2012” elaborado por el Club de Excelencia en Sostenibilidad y Eroski y presentado en la sede del Grupo Mahou San Miguel de Madrid. El estudio ha sido elaborado con la colaboración de IPSOS España y con el apoyo del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Según se desprende del estudio las expresiones “consumo responsable” y “desarrollo sostenible” son expresiones conocidas en general, aunque no son utilizadas con la misma frecuencia. De este modo, el 66% de los encuestados utiliza la expresión “consumo responsable” para hablar de pautas de comportamiento relacionadas con lo cotidiano, la compra y el gasto, la administración del hogar o economía doméstica, el gasto de energía o agua y el transporte o la movilidad y, sobre todo, para referirse a la idea de ahorro. Por otra parte el 36% de los encuestados utiliza “desarrollo sostenible” para hablar de medio ambiente o fuentes de energía, desarrollo económico y empleo, conversación política y formación académica.
Según ha afirmado Alberto Rodríguez-Toquero, director general del grupo Mahou San Miguel, “los consumidores cada vez están más concienciados de que deben poner su granito de arena, saben que son una parte activa e importante del desarrollo sostenible, y lo hacen a través de distintas iniciativas como ahorro de energía eléctrica, reciclaje, reducción del consumo de agua, uso del transporte público. Pero además ellos esperan y demandan una conducta y un compromiso en la misma línea por parte de las empresas”.
En palabras de Leire Barañano, directora del estudio y directora de Marketing Cliente-Marca en Eroski, los ciudadanos perciben el sobrecoste de los productos sostenibles como “un factor limitativo y que resta todavía más en esta situación económica en la que nos encontramos inmersos”.
Por otra parte, entre las actitudes y motivaciones de los consumidores hacia el consumo responsable el estudio revela que el consumidor no premia a las empresas comprometidas aunque sí castiga a las que no lo son. A esto debe sumarse que el consumidor todavía no está preparado para asumir un mayor coste por un producto de consumo responsable frente a otro que no lo es. En igualdad de condiciones económicas, el consumidor sí valora el compromiso ambiental, y, a veces, social de la empresa, pero no por ello premia y acepta pagar más frente a otra que no lo es. Es por ello que, según ha afirmado Barañano, uno de los retos es “como conseguimos integrar esta variable dentro de la gestión y evidentemente necesitamos fórmulas para no producir un sobrecoste en la oferta y que el consumidor no pueda asumir”.
“Los ciudadanos, como consumidores, hacemos elecciones todos los días al elegir los productos que compramos. El día que en la mente del consumidor a las variables tradicionales de elección como el precio, el diseño, la calidad o la utilidad, se le añada otro valor referente a cómo actúa la empresa que está detrás de producto en términos de RSE, el mundo habrá dado un salto de gigante porque inmediatamente la industria y las empresas se alinearán en esa dirección y el mundo será mucho más responsable”, ha comentado José Longás, presidente del Club de Excelencia en Sostenibilidad durante la presentación del estudio.
En su intervención durante la presentación del estudio “Consumo Responsable y Desarrollo Sostenible”, el presidente del Grupo Eroski, Agustín Marcaide, ha afirmado que “las empresas debemos asumir un liderazgo en la sostenibilidad sin esperar que sean los gobiernos o los consumidores los que nos fuercen a movernos. En este contexto, las empresas debemos asumir la integración de la sostenibilidad en nuestra actuación”. Pero para que ello sea una realidad Agustín Marcaide ha añadido que es necesario que “los gobiernos establezcan unas reglas de juego y una regulación para todos los actores del mercado”.
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