El asma amenaza a los empleados de limpieza
01/04/2012Los profesionales de este sector inhalan a diario productos desinfectantes y desengrasantes que a largo plazo provocan irritación y alteración de la mucosa bronquial
Se exponen a productos irritantes porque son su herramienta de trabajo. Los profesionales de la limpieza conviven a diario con compuestos nocivos, como amonio cuaternario, sprays desengrasantes, lejía (hipoclorito sódico) y otros desinfectantes que, bien por separado o combinados, pueden provocar asma. De hecho, aunque pocos son los estudios longitudinales, según explican desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), los últimos datos de un trabajo realizado en Finlandia, desvelan que existe un 42 por ciento de incremento de riesgo de asma en personal de la limpieza en comparación con otros profesionales. Y otra investigación basada en las encuestas del Europeo de Salud Respiratoria informan de un aumento del riesgo de asma, de entre un 30-50 por ciento en adultos que usaban productos de limpieza en forma de spray en sus hogares, al menos, una vez por semana.
Pero no se trata de asma «común». Según explica el neumólogo Xavier Casas, miembro de la Separ, «no se manifiesta con atopía o niveles de alergia aumentados (hipersensibilidad a alergenos), sino que se produce por un mecanismo de irritación del bronquio, una alteración del a mucosa bronquial».
Y aunque afecta tanto a trabajadores de empresas como de hogares, en estos últimos el peligro es mayor. «Afecta a ambos tipos pero, aunque los productos son similares, en las empresas suele existir un mayor control de las concentraciones que se emplean, mientras que esto no ocurre en el personal doméstico, donde los usan sin normativas y a más altas concentraciones». Xavier Casas también puntualiza que, dentro del grupo de personal de limpieza no doméstica, el mayor riesgo se encuentra principalmente en los trabajadores en cocinas, hospitales y colegios.
Síntomas
A la hora de diferenciar los signos del asma, el experto de la Separ matiza que «una cosa es la hiperreactividad bronquial que produce la inhalación de un producto de forma más puntual y que puede desaparecer a los seis meses, y otra el asma de este colectivo, que se observa a largo plazo, y se debe a una exposición en bajas dosis de irritante, pero prolongada en el tiempo».
(Fuente: La razón.es)
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