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La nube radiactiva procedente de Fukushima llega a Málaga

08/04/2011

El seguimiento radiológico en España del accidente de la central nuclear de Fukushima (Japón) ha revelado la existencia de yodo radiactivo procedente de esta central en el aire de la provincia de Málaga. El último dato disponible en el día de ayer refleja que la nube radiactiva ha llegado a Málaga, aunque eso sí, a unos niveles ínfimos que no suponen ningún riesgo ni para la salud ni para el medio ambiente, indicaron a este respecto tanto el Consejo de Seguridad Nuclear como diversos expertos consultados.

Concretamente, los índices en Málaga son de 3,12 mili bequerelios por metro cúbico de aire filtrado (miliBq/m3), muy lejos de los niveles asociados al límite de dosis que puede recibir la población de forma mantenida y durante un año sin riesgo aparente para su salud y que se sitúan en 16.000 miliBq/m3, 800.000 en el caso de trabajadores profesionalmente expuestos como los que trabajan en la industria nuclear.

El último dato disponible de Málaga según la información del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) data de 23 al 30 de marzo de 2011. Tal y como explicaba hace unos días la jefa de Área de Vigilancia Radiológica del CSN, Rosario Salas, acerca de la detección en España de isótopos radiactivos provenientes de Japón, en nuestro país han sido concretamente tres los detectados; yodo 131, cesio 137 y cesio 134.

El Consejo de Seguridad Nuclear se apresura a matizar que los valores detectados en España no suponen ninguna incidencia en la salud ni en el medio ambiente. «Estamos miles de veces por debajo de los límites establecidos que a su vez son conservadores y están marcados para proteger a la población», remachaba Salas.

Estas partículas contaminadas con el isótopo I-131 (yodo) quedaron atrapadas en el filtro de carbón activo retirado el pasado 30 de marzo, aunque pudieron llegar en cualquier momento dentro del periodo comprendido entre el 23 —fecha en la que se retiró el anterior filtro sin que se detectara ninguna anomalía— y el 30 de ese mes.
El dato confirma que la nube radiactiva procedente de la central japonesa ha llegado a Málaga después de atravesar el Pacífico, el continente americano y el Atlántico norte, desde donde descendió al Mediterráneo, según el seguimiento realizado por diversas agencias meteorológicas.

Valores mínimos

La actividad máxima detectada en ese periodo se sitúa muy lejos del valor 400 miliBq/m3 en el que se fija el límite de vertido para las centrales nucleares. Los registros detectados en Málaga se encuentran también muy alejados de los niveles asociados al límite de dosis que puede recibir la población.

El yodo también ha sido detectado en otros puntos del país como en el laboratorio de radiactividad ambiental de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), donde se ha medido un pico algo más elevado de I-131, con 7,2 miliBq/m3 registrados entre el 29 y el 31 de marzo. El valor registrado en Valencia solo es superado por los registrados en Ferrol (9,9) y Sevilla (8,31), según los datos actualizados del CSN.

En la semana del accidente –del 10 al 16 de marzo– los niveles de yodo medidos en este laboratorio eran inferiores a 0,18 miliBq/m3.

¿Y ahora qué sucederá? La tendencia es que disminuya el nivel de la radiactividad detectada pero «todavía puede permanecer unos días».

En Chernóbil

«Al contrario de lo que ocurrió en Chernóbil, que estaba mucho más cerca, ha tardado más en llegar y probablemente tarde más en retirarse, aunque parece que en el foco de origen ya han controlado la liberación a la atmósfera de estos radionucleidos», indicaron.

En el caso de Chernóbil las medidas de radiactividad se dispararon una semana después del accidente, alcanzaron niveles más altos y los isótopos detectados –estroncio, cesio o lantano, entre otros– eran mucho más peligrosos.
En España existen unas redes de vigilancia permanentes con puntos fijos y recogida de datos automática y otras que para lograr valores más bajos de condiciones medioambientales (como ha sido en este caso) recoge los datos a través de muestras que se envían y analizan posteriormente en el laboratorio, por lo que tardan más tiempo en detectarse estas concentraciones, que a su vez son más bajas.

Los expertos consultados explican además que la propia radiación solar tendría más efectos que estos ínfimos niveles detectados en la provincia de Málaga. Existen tres tipos de radiaciones, alfa, beta y gamma, siendo éstas últimas las peligrosas para el ser humano.

(Fuente: La Opinión de Málaga)

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