La revolución agrícola (octavo milenio antes de Cristo) consistió, esencialmente, en el paso de la caza, la pesca y la recolección de alimentos al estadio del cultivo de la tierra con asentamientos poblacionales permanentes, y condujo al desarrollo de la civilización
urbana. Como consta por los restos hallados, los hombres prehistóricos daban forma a sus herramientas y armas para hacerlas más fáciles de usar, es el comienzo de la ergonomía. La revolución industrial (siglo XVIII) consistió, esencialmente, en el paso de la agricultura a la industria y los servicios, y condujo a un rápido crecimiento de la producción, la población y la urbanización. Ambas revoluciones cambiaron radicalmente la historia de la humanidad, ampliando en grado significativo la capacidad productiva del hombre y permitiendo a largo plazo el aumento de la población, en forma lenta después de la revolución agrícola, y de manera explosiva durante la revolución industrial. La segunda revolución industrial proporcionó los medios necesarios para la motorización (motor de combustión interna, motor eléctrico, tractores y una maquinaria cada vez más potente, combustibles y electricidad), los medios para la mecanización en gran escala (maquinaria cada vez más compleja y eficaz para labrar, tratar los cultivos y recolectarlos), los medios para realizar una fertilización mineral intensa (amonio, nitrato, nitro-amónico, fosfato, potasio y fertilizantes compuestos), los medios para tratar las plagas y enfermedades (herbicidas, insecticidas, fungicidas, medicamentos veterinarios, etc.), y los medios para conservar y elaborar productos vegetales y animales (industrialización de las técnicas de conservación por medio del frío, el calor, el secado, el ahumado, la liofilización, la ionización, la fermentación o la adición de sal, azúcar y otros conservantes de los alimentos). Y aparece la figura del ergónomo, el cual, tiene como misión, "adaptar la máquina al hombre". La función del ergónomo en las empresas va más allá: concebir, conjuntamente con responsables técnicos, máquinas, organizaciones, dispositivos técnicos, formaciones, que permitan alcanzar los objetivos de la producción y al mismo tiempo garanticen el bienestar físico, psíquico y social de las personas.
La palabra ERGONOMÍA se deriva de las palabras griegas "ergos", que significa trabajo, y "nomos", leyes; Por lo que literalmente significa "leyes del trabajo", y podemos decir que es la actividad de carácter multidisciplinar que se encarga del estudio de la conducta y las actividades de las personas, con la finalidad de adecuar los productos, sistemas, puestos de trabajo y entornos a las características, limitaciones y necesidades de sus usuarios, buscando optimizar su eficacia, seguridad y confort.
Diseñar los productos para adaptarse a los cuerpos y las capacidades de las personas no es algo nuevo, hemos visto que se realizaban en la antigüedad (flechas, lanzas, arcos con precisión y movilidad utilizando menos fuerza) e incluso con Leonardo da Vinci que investiga los movimientos de los segmentos corporales y posteriormente Vauban y Belidor (S.XVIII) son considerados los pioneros en el planteamiento y análisis con metodología ergonómica, ya que intentan medir la carga de trabajo físico en el mismo lugar donde se desarrolla la actividad.
Ya sabemos que trabajar la tierra es una de las ocupaciones más antiguas del hombre en la que, como en cualquier otra actividad laboral, pueden producirse accidentes, a veces graves y mortales, si no se realiza en las debidas condiciones de seguridad e higiene.
La recogida de la aceituna es una de las actividades agrícolas con una mayor siniestralidad laboral, dado que la campaña se concentra en solo unas diez semanas. Esto obliga a la contratación de trabajadores temporeros que, en ocasiones, no conocen bien el oficio. Los temporeros del sector de la agro-industria son todos aquellos que desempeñan faenas propias de una temporada específica y asociadas a un ciclo definido por la temporada. La mecanización de la recolección se ha ido introduciendo a medida que han ido surgiendo las necesidades. Es una operación que requiere mucha mano de obra, de ahí la necesidad de mecanización.
El estado actual de la mecanización en la agricultura en España, así como en el resto de países desarrollados, permite la realización de las tareas más variadas con comodidad y eficacia, aunque lamentablemente estas operaciones no están exentas de riesgos para los trabajadores. El estado actual de la mecanización en la agricultura en España, así como en el resto de países desarrollados, permite la realización de las tareas más variadas con comodidad y eficacia, aunque lamentablemente estas operaciones no están exentas de riesgos para los trabajadores.
A pesar de los esfuerzos realizados para prevenir accidentes en la agricultura, la experiencia diaria muestra que es éste un campo en el que queda aún mucho por hacer. Es importantísimo intentar sensibilizar a los agricultores de la importancia de la ERGONOMÍA.
El factor de riesgo ergonómico, especialmente por posturas forzadas e inclinaciones al coger la carga, lo apreciamos en las tareas de recolección, de siembra, de abonado ¿cómo va a ser igual la recolección de vegetales a nivel del suelo que los frutos de un árbol o arbusto? Unos exigen la flexión del tronco, de las rodillas, doblamiento, inflexión de las piernas y otros flexión de la espalda, giro de caderas, posturas forzadas, etc. La ergonomía incluye la instrucción sobre las posturas correctas, por ejemplo el simple hecho de abrir las piernas a la distancia de los hombros y adelantar una cuarta un pie, requerirá menos flexión del tronco por lo que la espalda sufrirá menos.
En la tarea de vareo, en la cual se mantiene la espalda doblada y los brazos están por encima del hombro como no se adquiera una buena postura, se puede dañar el sistema músculoesquelético provocado por el mantenimiento de postura forzada con extensión del cuello y la posición de los brazos por encima de los hombros. En todos estos casos, una adecuada formación sobre las posturas correctas a adoptar para evitar la permanencia en unas mismas posturas forzadas, puede eliminar o minimizar las posibles consecuencias dañinas. En la mayoría de las explotaciones, fundamentalmente en las más grandes, la mecanización del vareo, a través de vibradoras acopladas al tractor y a la utilización de vareadoras mecánicas, evitan tener que realizar manualmente estas tareas. Por otra parte, habrá que estudiar la postura en la que se debe acoplar la vibradora al cuerpo con una posición erguida y distribuyendo el peso entre ambas piernas sin hacer sobreesfuerzos.
Hay otro tipo de tareas en los que la carga y descarga se hace sin miramientos, manipulando sacos de abonos, humus, nitratos, semillas… que suelen pesar alrededor de los 50 kilos, cogiendo la carga de manera incorrecta con flexión de espalda y, en ocasiones, con torsión de tronco y provocando una sobrecarga física. Las tareas que requieren fuerza pueden verse como el efecto de una extensión sobre los tejidos internos del cuerpo (disco espinal, músculo, tendón). Generalmente a mayor fuerza, mayor grado de riesgo. Se han asociado grandes esfuerzos con riesgo de lesiones en el hombro y cuello, la espalda baja y el antebrazo, muñeca y mano. Es importante advertir que la relación entre la fuerza y el grado de riesgo de lesión se altera por otros factores de riesgo, tales como postura, aceleración, velocidad, repetición y duración. Es por eso la importancia de la Ergonomía en la agricultura: un equilibrio entre hombre, máquina y ambiente durante una determinada actividad laboral, cuya finalidad es proteger al individuo.
Antonio Pulido Jurado
Ingeniero Industrial
Técnico Superior en PRL