Cuando hace 15 años iniciamos nuestro Programa Cero Accidentes en FYM- Italcementi nos adentramos en la aventura apasionante de crear una cultura de trabajar con seguridad centrándonos en la herramienta de seguridad más compleja y sofisticada que existe: las personas.
Por aquel entonces nos parecía imposible hablar de seguridad en entornos industriales, mineros, de transporte y administrativos sin relacionarlo directamente a las mejoras de las instalaciones y las máquinas. En parte era porque teníamos que afrontar muchas mejoras técnicas de los centros de trabajo para garantizar la seguridad de todos, pero también porque existía una cierta resistencia a afrontar los temas de seguridad desde una óptica de conductas y comportamientos de las personas que parecían complicados a los ojos de los mandos y los técnicos de seguridad.
Al fin y al cabo comprender la instalación más compleja es infinitamente más fácil que tratar de comprender los mecanismos del cambio de conductas en adultos. Seamos sinceros, no nos sentíamos cómodos.
Al cabo de los años hemos desarrollado diversas herramientas de gestión de los comportamientos que tienen como centro la relación entre mandos y trabajadores, entre otras:
- Iniciamos un programa de Observaciones Preventivas de Seguridad (recuerdo cuando “amenazábamos” con hacer una OPS si veíamos a un compañero bajar las escaleras sin usar el pasamanos) que ha evolucionado hacia el programa I-Safe mediante el cual los mandos se encuentran periódicamente de manera individual con cada trabajador a su cargo en el puesto de trabajo para ver juntos la forma más segura de ejecutar las tareas y de mejorar el entorno del puesto.
- Los mandos actúan como formadores internos en cursos relacionados con la seguridad (siempre apoyando al Técnico de Seguridad).
- Se organizan charlas de seguridad mensuales programadas de 20 minutos en las que los mandos informan a sus equipos sobre accidentes ocurridos o buenas prácticas en materia de seguridad o charlas de último minuto justo antes de iniciar una tarea no habitual en las que se exponen los posibles riesgos y las soluciones.
Los directores y mandos de FYM están muy acostumbrados a llevar las riendas de la seguridad en el día a día. Para ello entrenan sus capacidades para jugar el papel del mando entrenador y potencian a sus equipos para que tomen iniciativas a favor de la seguridad. Esto se consigue a través de:
- Conocer las habilidades de las personas a su cargo identificando su potencial de desarrollo y estimulando su autoconfianza.
- Definir objetivos en términos de resultados tangibles esperados que se pueden observar o medir, con una fecha de finalización.
- Entrenar a sus equipos, mostrando lo que se tiene que hacer y explicando cuestiones fundamentales, es lo que llamamos el liderazgo visible.
- Delegar funciones concretas de seguridad para fomentar la autonomía y la implicación de todos. Delegar no significa deshacerse de una tarea, nunca se delega la responsabilidad.
- Evaluar el rendimiento de las personas a su cargo.
En esta relación entre mandos y trabajadores, los primeros ejerciendo su liderazgo visible y los segundos como sujetos activos está la piedra angular sobre la cual construimos en FYM nuestra cultura de trabajar con seguridad, haciendo de la seguridad un modo de vida.
Victor Salvo Rubio
Jefe Area de Seguridad y Salud
FYM-Italcementi Group