El debate sobre la comunicación de la Responsabilidad Social ha sido una constante desde el inicio de este modelo de gestión. La comunicación se ha presentado y se presenta como uno los retos de la RSE, bien porque los diferentes grupos de interés pedían mayor transparencia a las empresas y comparabilidad en sus informes de Sostenibilidad, o bien porque las comunicaciones de las iniciativas de RSE son consideras como amigables por los medios de comunicación y por otros stakeholders.
En cuanto a la rendición de cuentas, los diferentes estándares internacionales están logrando que las empresas que quieren comunicar sus avances en materia de desarrollo sostenible cada vez sean más claras. Las diferentes versiones de GRI -el próximo año verá la luz el GRI4-; los 10 Principios del Pacto Mundial, que han firmado a escala global más de 10.000 organizaciones, o la ISO 26000, que tiene el respaldo del mundo de la RSE al haber nacido con un gran apoyo de los diferentes grupos de interés, están ayudando a las empresas a integrar su apuesta por el desarrollo sostenible y a trasladar a la sociedad sus avances.
En los últimos años, el informe integrado se ha convertido en el siguiente estadio de la comunicación de la RSE, en el que se vincula la estrategia de la compañía con la Sostenibilidad, tanto a nivel económico, como medioambiental, laboral y social, pero poniendo no solo el énfasis en el año concluido, sino en el medio plazo. Cada vez más empresas españolas e internacionales están asumiendo este reporte integrado como el vehículo para rendir cuentas con sus grupos de interés. Así, la Internacional Integrated Reporting Committe (IIRC), que apoya y estimula el desarrollo de los informes integrados en el mundo, está desarrollando un programa piloto con 80 compañías, en el que participan cinco empresas españolas (Telefónica, BBVA, Indra, Inditex y Enagás).
En cuanto a la comunicación informativa de la RSE, este tipo de información soporta el tópico inglés de “good news, no news”, o lo que es lo mismo, “las buenas noticias no son noticias”. Las empresas y las organizaciones tienen que afrontar esta barrera, aunque todavía cuesta ver que la información de RSE son solo buenas noticias, porque afecta a todos los ámbitos empresariales y de la sociedad: el buen gobierno, la gestión responsable de los recursos humanos, el respeto medioambiental, la innovación, el compromiso con la sociedad, vincular el negocio con la Sostenibilidad o la educación.
Pero si comunicar la RSE hacia el exterior es importante, lo es más comunicar internamente hacia los empleados. Así, la comunicación interna es básica para generar confianza, credibilidad y transparencia en las organizaciones con los empleados, como se puso de manifiesto en la XXXII Jornada Corresponsables ‘La importancia de las comunicación interna para generar credibilidad en las actuaciones responsables’. Así, cada organización tiene que buscar su equilibrio para trasladar sus avances en materia de RSE, y lo que es más importante, hacer antes de contar.
Además de comunicar de manera corresponsable a todos sus grupos de interés para que estén informados de sus evoluciones con las diferentes herramientas de comunicación que tienen a su disposición, tanto interna como externamente y aprovechando las oportunidades de la Comunicación 2.0.
La comunicación de la RSE sigue siendo uno de los retos de la materia, junto a la implicación de la cadena de valor y las pymes en el desarrollo sostenible, así como el papel del consumidor para discriminar en su compra a las empresas responsables de las que no lo son. Pero siguiendo con la comunicación, nunca se tiene que perder la perspectiva de que lo que no se comunica no existe, también en RSE.
Pablo Martín
Director de MediaResponsable en Madrid