La carrera de investigador en España es una de las salidas profesionales menos reconocidas por la sociedad si comparamos la dedicación y esfuerzo que requieren con el reconocimiento económico y social, que se obtienen. Muchos padres quieren que sus hijos sean deportistas, artistas, economistas, ¿conoces a alguien que quiera que su hijo sea investigador?
Este hecho unido a la falta de estabilidad laboral han provocado que en los últimos años muchos investigadores formados en España hayan emigrado lejos de nuestras fronteras, dando lugar a una “fuga de talentos”, con la consiguiente pérdida por parte del país de la inversión que se ha hecho en su formación, ya que más de un 80% de los costes económicos de la formación a nivel universitario los asume el estado.
Ahora más que nunca se deben de establecer las bases y poner los incentivos necesarios para retener el talento en nuestras fronteras. No solo con el objetivo de recuperar la inversión que se ha hecho y que se continúa haciendo en la formación de cada uno de los investigadores, más importante si cabe es la consideración de la I+D+i como herramienta estratégica clave para el crecimiento económico en un entorno tan globalizado y competitivo.
Dentro de la carencia generalizada de medios para la investigación en España, cabe destacar las dificultades añadidas que presenta el ámbito de la Prevención como campo de investigación. La percepción equivocada por parte de muchas empresarios y directivos de que los recursos destinados a la prevención son un gasto impuesto por ley que no reporta beneficio alguno a la empresa, hacen que la iniciativa privada sea prácticamente inexistente a la hora de emprender nuevos proyectos de investigación relacionados con la seguridad y salud laboral, si la comparamos con otros ámbitos de la empresa más directamente relacionados con la producción directa de bienes y/o servicios.
Es por ello que se debe de cambiar la mentalidad tanto pública como privada a la hora de hacer una apuesta firme y decidida por investigación y prevención, y tener la visión de futuro necesaria para obtener unos resultados que probablemente no serán inmediatos, pero que con seguridad devolverán con creces la inversión realizada a medio y largo plazo tan a nivel económico como, más importante si cabe a nivel social y humano.
Antonio López Arquillos
Ingeniero Industrial
Investigador de la E.T.S.I.Industriales
Universidad de Málaga