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Editorial

Si la lucha contra un virus como este ya es difícil por su naturaleza, aún es más difícil cuando hay que luchar contra la OMS y lo que eso significa. De este modo, las políticas de las naciones y de las instituciones que dependen de ellas siguen dichas directrices, y como un castillo de naipes las estrategias preventivas se desmoronan, con el grave impacto que esto tiene en la salud y la economía. En junio de este año la OMS aún no reconocía la transmisión por gotículas menores de 5 micras, y a día de hoy continúa evitando entrar en profundidad en el tema. Como ejemplo de lo que digo, la guía del Ministerio de Sanidad en España, dice textualmente: "la detección de ARN del SARS-CoV-2 en las partículas de aerosol no significa necesariamente que exista un número suficiente de virus viables con capacidad infecciosa. A pesar de que se han realizado estudios experimentales, para el SARS-CoV-2, la OMS establece que no hay evidencia suficiente sobre la transmisión del SARS-CoV-2 por vía de aerosoles menores de 5 micras fuera de los entornos sanitarios donde se realizan procedimientos generadores de aerosoles y que se necesitan datos basados en nuevas investigaciones que esclarezcan el papel y el grado de la transmisión del SARS-CoV-2 asociado a este fenómeno" y termina diciendo: "Estas vías de transmisión se producen de forma simultánea y paralela, siendo el principal mecanismo la transmisión por gotas y contacto". Esto a pesar de que la transmisión por aerosoles está ya demostrada en publicaciones científicas, entre otros de nuestro invitado al último taller el doctor José Luis Jiménez de la Universidad de Colorado en Boulder (h-index 125….), que es uno de los científicos de talla mundial que piden a gritos que se admita de una vez. Dejo aquí el enlace a un resumen del vídeo del taller RESUMEN DEL TALLER DE VENTILACIÓN y a la versión extendida del mismo por si alguien desea verlo en su totalidad TALLER DE VENTILACIÓN COMPLETO.

El problema es que una de las medidas fundamentales, la ventilación, no se está tomando en serio y si se hiciese, las otras medidas (distancia de seguridad, fómites, desinfección, etc.) habría que redefinirlas adecuadamente. Así, si la hipótesis plausible sostenida por la OMS, y mayoritariamente por las instituciones sanitarias, es que el virus sólo tiene capacidad de contagio en gotas mayores de 5 micras (droplets) porque éstas son las que caen según la OMS y las que realmente contagian por contacto, la distancia de seguridad correcta es alrededor del metro o los dos metros y las recomendaciones en relación a la ventilación, en consecuencia, no serían necesarias. Las gotas más pequeñas que quedan flotando en el aire no se considerarían con potencial infeccioso.

Pero si la hipótesis de partida es que no sólo las gotas de 5 micras sino las menores que 50-100 micras permanecen flotando en el aire un tiempo variable, en función de las condiciones ambientales y el tamaño, teniendo capacidad de contagio, la cuestión cambia de forma importante. La distancia de seguridad de alrededor del metro o dos metros estaría bien, pero sería insuficiente posiblemente si se está en un lugar interior. En este caso la ventilación adquiere una importancia fundamental, y extraer, filtrar y diluir el aire, son entonces estrategias clave. Lógicamente el aire al moverse impulsado por los sistemas de ventilación, recorrerá un camino desde la impulsión al retorno, y obviamente podrá ser respirado por las personas que compartan ese espacio en la trayectoria durante el tiempo que ocurra. Si no se puede renovar, la recirculación del aire sin filtrar adecuadamente parece ser una fatal idea en este caso. No hablemos ya de las dudas sobre el verdadero impacto de las superficies en relación al contagio, y las estrategias de la desinfección de exteriores, el uso de metacrilato en lugares no adecuados...o de determinadas certificaciones que no consideran la ventilación.

Algo sin embargo parece cambiar, aunque no a la velocidad que debiera. Al igual que ocurrió con las mascarillas al principio, lo mismo parece suceder con el asunto de la ventilación. Se mantiene la distancia de seguridad de 1,5 metros, se habla fundamentalmente de la limpieza y desinfección como medidas clave en la prevención del COVID-19, y al mismo tiempo se empieza a incluir en las guías y documentos técnicos oficiales frases del estilo, “se recomienda dejar las ventanas abiertas y promover la ventilación natural”…

El problema de la transmisión aérea debería reconocerse con urgencia y la ventilación debería ser analizada con la importancia que requiere, sin alarmismo pero sin miedo, y como lo que es, quizás la cuestión más importante con la que se puede ayudar a prevenir el contagio junto con el uso correcto de las mascarillas. Toca realizar actividades en el exterior y reinventarse para mantener la actividad de forma segura. Mucha salud.


Juan Carlos Rubio Romero
Catedrático de Universidad
Director de la Cátedra de Prevención y RSC
Universidad de Málaga

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