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I+D+i. La UMA desarrolla dos tipos de fresas transgénicas

31/12/2009

LA Universidad de Málaga (UMA) produce fresas transgénicas desde hace cerca de una década que tienen la particularidad de aguantar más en estado de madurez antes de perder la firmeza y pudrirse. El grupo de investigación de mejora y biotecnología de especies hortofruticolas comenzó hace 15 años a buscar soluciones para alargar el periodo óptimo de la fresa. Estos cultivos sufren una altísima estacionalidad que concentra las cosechas en apenas unas semanas en las que, por exceso de oferta, además los precios se hunden. Con un periodo de maduración de apenas cuatro u ocho días alargar unas cuantas jornadas el estado ideal de la fruta es de gran valor para el bolsillo del agricultor.

Este equipo científico, en el que están enrolados los científicos José Ángel Mercado, Miguel Ángel Quesada y Fernando Pliego, comenzó a mediados de los 90 a estudiar cómo se podían seleccionar los genes para alargar el periodo de firmeza.

Los primeros años los invirtieron en desarrollar el sistema de transformación. Es decir, en determinar cómo se puede regenerar in vitro una planta de fresas con genes preseleccionados. A partir de una hoja algunas células se desdiferencian y vuelven a un estado embrionario que puede dar lugar a un tallo en el que se introducen los genes preseleccionados.

La segunda etapa de la investigación se centró, según explica José Ángel Mercado, en determinar cuáles son los genes que favorecen que una fresa no se estropee en apenas días. En este sentido se ha establecido que se trata de los genes de pared celular. Las especies vegetales, al no tener estructura ósea, consiguen erguirse gracias a la pared que recubre sus células y que no existe en otros seres vivos. Pero esta pared, sin embargo, se deteriora a consecuencia de otros genes que producen una proteína que la reblandece. "La hipótesis de partida era que si se inhiben esos genes que degradan la fruta, ésta se mantendrá más tiempo firme".

Hasta ahora el grupo de investigación ha probado a generar plantas con hasta seis tipos diferentes de genes de pared celular y ha logrado muy buenos resultados con el gen de la poligalazturonasa y resultados "aceptables" en el caso del gen del pectato liasa. Las primeras plantas con genes preseleccionados del pectato se lograron hacia 2001 y las de la poligalazturonasa en 2004. Por tanto, ha habido tiempo suficiente para evaluar su comportamiento en invernadero.

Estas investigaciones se han desarrollado en colaboración con los científicos del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa), que posee una finca de experimentación en Churriana, donde se ha realizado el análisis fenotípico de las plantas transgénicas obtenidas por los universitarios, mientras que expertos del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Córdoba se han encargado del análisis molecular.

La última fase del proyecto, que a finales del año pasado logró cerca de 200.000 euros con cargo al plan nacional de I+D+I, consiste en establecer los cambios que sufre la pared celular en esas plantas obtenidas mediante ingeniería genética. El proyecto por ahora no tiene recorrido comercial porque en la actualidad en Europa la regulación de producciones transgénicas está prácticamente paralizada por la normativa restrictiva que las regula y la presumible falta de mercado originada por la mala fama de los cultivos transgénicos que, además, resultarían caros y sólo al alcance de grupos multinacionales. Entonces, ¿para qué sirven 15 años de investigación? "En este momento, fundamentalmente, para ir a programas de mejora clásica que permitan seleccionar variedades con poca presencia del gen que produce la proteína que degrada la pared celular, porque ya tenemos un marcador de firmeza", indica José Ángel Mercado. Otra utilidad vinculada con la investigación básica es saber qué ocurre con los frutos de estas especies y "más tarde o más temprano se va a regularán porque no existe evidencia científica de que los transgénicos sean negativos".

Además, en la actualidad hay en Europa países interesados en crear un marco legislativo que permita los cultivos cisgénicos, que son aquellos en los que la preselección genética sólo se realiza dentro de la misma especie. "Si se aprueba, nuestra metodología está ya lista y se podría aplicar rápidamente".

(Fuente: Málaga Hoy)

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