Cambio climático: llega la hora de las decisiones en Copenhague
05/12/2009La hora de tomar decisiones y de comprometerse con objetivos cifrados ha llegado para los 192 países que se reunirán a partir del lunes en Copenhague con el propósito de lograr un acuerdo que permita frenar el calentamiento climático y adaptarse a sus inevitables consecuencias.
El objetivo de limitar a 2 grados centígrados el aumento de la temperatura promedio en la superficie de la Tierra, lo que requiere una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto de invernadero, es ampliamente compartido.
Sin embargo, el reparto de los esfuerzos necesarios para conseguirlo dista mucho de generar unanimidad.
Como un hecho sin precedentes desde la conferencia fundadora de Río de Janeiro (1992), se espera la presencia de un centenar de jefes de Estado en la cita danesa: a partir del miércoles el presidente estadounidense, Barack Obama, de camino para recibir su Premio Nobel de la Paz en Oslo, y el 17 y 18 los demás.
El objetivo de esta 15ª Conferencia (7 al 18 de diciembre) bajo los auspicios de la ONU es dar una continuación al protocolo de Kioto, primer tratado vinculante sobre el clima, cuyos compromisos expiran a finales de 2012.
Para esperar permanecer bajo la barra de los dos grados, los científicos recuerdan incansablemente que se debe reducir a la mitad, de aquí a 2050, las emisiones mundiales de gases de efecto de invernadero, provocadas esencialmente por la combustión del carbón, el petróleo y el gas.
Sin embargo, por el momento las cuentas no se ajustan a los objetivos.
"Hay una incoherencia entre el objetivo a largo plazo que se ha fijado y las cifras a corto plazo que estamos inscribiendo en un acuerdo internacional", resume Emmanuel Guerin, del Instituto de Desarrollo Sostenible y de Relaciones Internacionales (IDDRI) con sede en París.
Los compromisos anunciados hasta ahora por los países industrializados, con la perspectiva a medio plazo del año 2020, representan una disminución del 12% al 16% de sus emisiones con respecto a 1990, lejos de la franja de 25% a 40% establecida por los científicos para ponerse en el buen camino.
Las últimas semanas han aportado algunas señales alentadoras, con los primeros compromisos cuantificados de Estados Unidos -país que vuelve al combate climático tras ocho años de inacción bajo la 'administración Bush'- y de China, los dos principales países contaminantes del planeta, y el jueves de India.
Pero en un momento en que las emisiones de gases de efecto de invernadero jamás han sido tan elevadas (nuevo récord en 2008) la negociación sigue siendo tensa, áspera. Los grandes países emergentes -con China, India y Brasil a la cabeza- expresan su frustración, recalcando "la responsabilidad histórica" de los países industrializados en el calentamiento.
Más allá de esta aritmética climática, lo que se buscará es favorecer, gracias a transferencias de fondos y de tecnología, la emergencia para los países del Sur de un nuevo modelo de desarrollo, menos ávido de combustibles fósiles de lo que fue el de los países del Norte durante décadas.
Un desafío que equivale a "desatar el nudo gordiano clima-desarrollo", según los términos de Jean-Charles Hourcade, del Centro International sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CIRED).
Por falta de tiempo no podrá pactarse un acuerdo en Copenhague, pero los negociadores aspiran, desde ya, a un conjunto de decisiones políticas, algunas de ellas con aplicación inmediata, lo que daría lugar a un tratado en 2010, a más tardar durante la conferencia de México a fines de ese año.
Más allá de los muros del Bella Center de Copenhague, donde se reunirán diariamente miles de negociadores, observadores y periodistas, la capital danesa será también el escenario de numerosas manifestaciones, que irán desde las vigilias velas hasta los llamamientos "a la desobediencia civil".
La policía danesa, que calcula que habrá 30.000 visitantes durante la cumbre del clima, se encuentra ya "en pie de guerra".
(Fuente: Yahoo noticias.es)
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