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Prevención, una responsabilidad compartida

17/05/2016

Prevenir el riesgo laboral en cualquier sector y propiciar entornos cada vez más saludables y seguros no es una cuestión que solo atañe a empresarios y trabajadores.

Es cierto que los empresarios, como responsables últimos de cuanto sucede en su compañía, tienen que ser los primeros en cumplir con una compleja y prolija normativa existente y, más aún, ser un referente de buena gestión en la materia. De igual manera, el trabajador tiene la obligación de cumplir con la parte que le toca. Tanto en los sectores que requieren controles de seguridad más estrictos como en los básicos que conlleve cualquier actividad. Y, por supuesto, demandar y exigir a través de sus representantes que su empresa así lo cumpla.

No obstante, mi mensaje va dirigido a toda la sociedad. Desde que pusiéramos en marcha hace más de una década el Departamento de Prevención de Riesgos Laborales de la confederación, hemos prestado asistencia técnica a través de nuestro “Programa de Visitas” a miles de empresas de esta región, proporcionándoles un asesoramiento personalizado que está sirviendo para que puedan integrar perfectamente la seguridad y la salud laboral en los centros de trabajo a través de sus sistemas de gestión.

Además, hemos reforzado esa eficiente labor implantado numerosas campañas e iniciativas que han contribuido de manera exitosa a la difusión, la promoción y la sensibilización social con la finalidad de extender la cultura preventiva, ya que es una cuestión que atañe a todos.

Esa es la razón por la que las principales organizaciones empresariales y sindicales, junto con el Gobierno regional, estamos haciendo mucho hincapié para que en los sucesivos Pactos y Estrategias por el Empleo se incida en las políticas de prevención, ya que son especialmente eficaces cuando se basan en el consenso y la corresponsabilidad.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que el pasado mes de noviembre celebró su vigésimo aniversario, ha supuesto para las empresas un avance y mejora significativa en materia de seguridad y salud laboral, y paralelamente, con su aplicación se ha conseguido alcanzar un descenso considerable en los datos de siniestralidad laboral en nuestro país, datos que están en unos niveles similares al resto de países de la Unión Europea.

Sin embargo, no podemos negar una realidad, y es que en los últimos meses se ha producido un repunte en los accidentes de trabajo, principalmente en los de carácter mortal. Así lo hemos constatado en el Boletín de Siniestralidad Laboral que edita esta confederación mensualmente y que analiza de forma rigurosa los principales indicadores. Este documento no solo tiene finalidad informativa, sino que pretende concienciar de la importancia y la necesidad de hacer de la prevención una prioridad.

En el último boletín, que ha salido a la luz hace apenas unos días, se subraya que la Región de Murcia registró durante el primer trimestre de 2016 un incremento de los accidentes con baja en jornada de trabajo del 9,3% respecto al mismo periodo del año anterior, significando una moderación en el aumento de los accidentes con respecto a los datos acumulados obtenidos durante el mes de febrero de este año. Pero ponemos el acento en una circunstancia que nos debe preocupar, ya que de los diez accidentes mortales registrados entre enero y marzo, siete de ellos fueron accidentes de tráfico.

Es fundamental por tanto, que exista una actuación más coordinada con la Dirección General de Tráfico para poder determinar así qué origina esos siniestros y si tenemos capacidad para ofrecer una solución. A veces la fatalidad entra en liza, como en el accidente mortal ocurrido recientemente en el desplazamiento de trabajadores entre Lorca y Águilas. Una tragedia que afecta principalmente a las familias de los fallecidos, pero también produce pesar en las empresas contratantes.

Estas trágicas circunstancias no suponen, por fortuna, algo habitual. Más bien al contrario, puesto que hemos visto cómo en una actividad sensible como la construcción, los accidentes graves se han reducido un 33% en lo que llevamos de año. Un descenso que en el sector terciario se ha situado en el 20%.

Este buen dato marca el camino a seguir y fortalece la necesidad de que todas las partes implicadas y dedicadas a la prevención no bajen la guardia. En las organizaciones empresariales contamos con el apoyo de la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales, que permite que podamos desarrollar el buen trabajo llevado a cabo hasta la fecha. De referencia, y me permito decirlo, para CEOE y el resto de confederaciones territoriales por las iniciativas puestas en marcha y su aplicación práctica.

Tenemos por tanto la obligación de trabajar con redoblados esfuerzos para combatir la siniestralidad laboral. Todas las Administraciones deben sumar y los agentes sociales somos pieza clave en el engranaje para llegar a empresarios, trabajadores y sociedad en general.

El mensaje es claro, tenemos una responsabilidad compartida y debemos actuar en consecuencia. El diseño de buenas prácticas y la aplicación de fórmulas de éxito que combinen medidas colectivas e individuales unidas a la activación de actuaciones y políticas que fomenten la adopción de actitudes preventivas, van a resultar imprescindibles para progresar de forma conjunta y decidida.

(Fuente:http://prevencionar.com/2016/05/16/prevencion-una-responsabilidad-compartida/)