Prevención de riesgos laborales y excelencia empresarial
23/05/2015Es evidente la necesaria conjunción de competitividad y responsabilidad para asegurar la sostenibilidad empresarial, lo que va unido a la creciente exigencia de valores éticos por la ciudadanía a todos los niveles. Estamos transitando de un modelo empresarial en el que el principal objetivo era ganar dinero para satisfacer a propietarios y accionistas, a otro, en el que el objetivo es generar valor para todos. Y ello determina cambios profundos en el sistema de gestión empresarial del que la Prevención de Riesgos Laborales (PRL) forma parte esencial. Esta no puede entenderse como algo aislado, limitado al cumplimiento de obligaciones. Si los trabajadores no se sienten valorados y respetados en un entorno y en una organización del trabajo saludables, su capacidad innovadora y su capacidad productiva se verán sustancialmente menguadas. Los valores que están en la esencia de las actuaciones de los trabajadores son los que permiten levantar los cuatro pilares que sostienen la excelencia empresarial: la atención a las Condiciones de Trabajo en un marco de Responsabilidad Social, la Innovación, la Calidad y la Productividad. Además, estos tres últimos dependen, en gran medida, del primero. En esta dirección, los modelos europeos de excelencia empresarial han integrado transversalmente aspectos esenciales de salud laboral para armonizar intereses personales y colectivos y, además, recientes estudios del INSHT han constatado la correlación lineal entre el nivel de prevención de riesgos laborales que desarrolla una organización y el nivel de excelencia empresarial alcanzado, permitiéndonos conocer los aspectos diferenciales que caracterizan a los mejores.
Es momento, pues, de extraer el valor estratégico de la PRL desarrollando el liderazgo transformador que esta prevención aporta cuando se fundamenta el proceso de cambio en valores esenciales como el conocimiento, la salud, la cooperación, la participación, la innovación y la ayuda mutua. Valores que han sido esenciales en el desarrollo de la humanidad. Precisamente, la PRL, en la medida en que orienta las decisiones y las actuaciones de las personas para mejorar la seguridad y la salud en el trabajo propias y de los demás, despierta la motivación trascendente, la más profunda del ser humano, que guía sus más nobles comportamientos para superar estándares convencionales. Pero hemos de ser capaces de formular proyectos basados en el diálogo y la cooperación, superando la clásica confrontación, típica de nuestras latitudes. Hemos de aunar intereses, desarrollando los proyectos de cambio paso a paso, y midiendo y demostrando los logros generados para estimular y consolidar el proceso. Estos proyectos han de ser altamente participativos para desarrollar la innovación, tanto para mejorar la productividad y la eficiencia, como las condiciones de trabajo, por su relación biunívoca. La necesaria participación e implicación de los trabajadores para estimularse y consolidarse debe traducirse en acciones de mejora inmediatas surgidas de sus aportaciones. Disponemos para ello de instrumentos que las empresas excelentes desarrollan y que es preciso saber aprovechar.
La jornada pretende poner sobre la mesa el valor de la PRL como coadyuvante imprescindible para la excelencia, y cómo las pequeñas y medianas empresas invitadas lo asumen a través de las aportaciones y el debate con sus directivos.
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