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Cerca del 50% de las personas que trabajan en una oficina adoptan posturas dolorosas o que provocan fatiga

03/04/2013

Permanecer ocho horas diarias sentado frente a una mesa puede suponer un perjuicio para la salud, ya que son muchos los problemas que surgen a causa del excesivo sedentarismo y las malas posturas.

Según Ofita, fabricante de mobiliario de diseño, gestión y equipamiento integral de espacios de trabajo, el sedentarismo que conllevan los empleos de oficina ocasiona numerosas disfunciones musculares y articulares que se ven agravadas por la mala postura que se adopta durante las horas que se permanece en el puesto de trabajo.

Cerca del 50% de las personas que desarrollan su actividad laboral en una oficina declara trabajar en posturas dolorosas o que provocan fatiga. Uno de cada cinco españoles sufre dolor crónico de espalda y un alto porcentaje de la población, el 80%, lo padece de forma esporádica, lo que convierte a esta dolencia en uno de los principales problemas médicos de nuestro país.

El origen de las malas posturas se encuentra, básicamente, en la forma de sentarse frente al ordenador, la mala posición del cuello y la cabeza, así como de los brazos y muñecas mientras se teclea. Estos factores provocan que nuestro cuerpo este realizando un esfuerzo durante ocho horas que conlleva la contracción de los músculos y la consecuente sobrecarga de las lumbares. Así, las zona más castigadas por este tipo de problema son cuello, hombros, ojos, zona lumbar, zona dorsal y cabeza.

En más de un 60% de los casos, estos problemas se deben al diseño incorrecto o las malas condiciones del mobiliario de trabajo. De ahí la importancia de la correcta elección de las mesas, sillas, paneles y sistemas de archivo con los que equipamos las oficinas.

Además, también es muy importante que cada persona adopte la postura correcta a la hora de sentarse, adaptando a sus dimensiones y actividad aquellos elementos que incorporen posibilidades de regulación.

La postura saludable

Cuando se permanece en una postura incorrecta durante mucho tiempo, algo muy frecuente en la oficina, la columna vertebral pierde su alineación natural, y la mala postura causa movimientos nerviosos, fatiga, tensión muscular en los hombros y el cuello, dolor de espalda y de cabeza.

La higiene postural y la ergonomía son eficaces para prevenir los dolores de espalda, ya que su finalidad es reducir la carga que soporta la espalda durante las actividades diarias. Para adoptar una postura saludable, en primer lugar es necesario sustituir la postura estática por la de estar sentado en movimiento activo. Para ello, el respaldo debe permitir cierta flexibilidad, moviéndose en pequeños ángulos sobre una posición fija.

En segundo lugar, es importante no permanecer sentado en la misma postura durante mucho tiempo seguido. Es necesario cambiar de postura frecuentemente. Se deben evitar giros parciales. Lo correcto es girar todo el cuerpo a la vez. También es conveniente levantarse y andar cada 45 minutos.

La silla

La silla es uno de los enseres más importantes del lugar de trabajo. Fuerza a mantener una postura correcta y a que la circulación sea adecuada. Debe respetar las curvaturas normales de la espalda y se debe adaptar a la persona, por lo que debe ser regulable.

Para que la silla sea saludable, su diseño debe responder a criterios ergonómicos y no sólo a los puramente estéticos, de modo que el usuario encuentre en el asiento el apoyo que necesita mantener una postura correcta y confortable.

Además de adaptarse a la complexión física de sus usuarios y favorecer la actividad que estos realizan, lo que les permitirá adoptar la postura correcto en todo momento.

Requisitos de una silla saludable

La silla debe adaptarse a su usuario. Deberá estar dotada de giro, movilidad, regulación de altura del asiento, regulación de altura del respaldo -para un apoyo lumbar correcto- y regulación de altura de los reposabrazos. La altura del asiento debe permitir apoyar firmemente los pies en el suelo, sin apreciar una presión excesiva en la parte inferior de los muslos, cerca de las rodillas.

Respaldo. Debe posibilitar el adoptar una postura erguida, brindando apoyo al tronco en su totalidad. Es particularmente importante el apoyo del área lumbar. El respaldo no debe ser demasiado ancho en su parte superior, para que no reste movilidad a los brazos. Debe disponer de cierta curvatura, visto lateralmente, para adaptarse a la forma de la espalda. Igualmente, se recomienda la posibilidad de regular en altura el respaldo o, en su defecto, la regulación del área más saliente de la curvatura lumbar del respaldo, de modo que la altura del apoyo lumbar varíe entre un rango de, al menos, 6 cm.

Profundidad del asiento. La regulación de profundidad de asiento puede ser importante para que personas de distinta estatura se apoyen cómodamente en el respaldo.

La silla debe ser segura. Las sillas de trabajo deben ser giratorias y sus bases han de estar dotadas de 5 radios para evitar su vuelco. El centro de gravedad de la silla más el usuario no debe quedar fuera de la superficie ocupada por la base en ninguna de las posturas ‘límite’ que se adopten, desde la posición de sentado en el borde delantero del asiento, con el cuerpo inclinado hacia delante, hasta la posición de máxima inclinación, hacia atrás del respaldo. Un desplazamiento fortuito de la silla en el momento en el que el usuario va a sentarse podría ser peligroso; para evitarlo existen sistemas de ruedas ‘autofrenadas’ que no avanzan cuando no hay nadie sentado en ellas.

La silla debe posibilitar una posición sentada dinámica. Debe adaptarse a los movimientos del usuario. Se recomiendan sistemas que permiten la sincronización de movimientos asiento/respaldo y consigan que el usuario no perciba ninguna fricción en la espalda.

Brazos regulables. Los reposabrazos son convenientes para dar apoyo y descanso a los brazos y antebrazos. Un buen apoyo de brazos reducirá la sensación de fatiga en el área cervical. Su longitud debe ser algo menor que la del asiento para que no impida acercar la silla a la mesa. Además, deben ser gruesos y no deben tener bordes agudos.

Además de la regulación de altura, es interesante que la anchura del brazo sea también regulable y que los brazos puedan girar para que el usuario pueda colocar los brazos en distintas posiciones, favoreciendo de este modo que realice cómodamente tareas diferentes.

El asiento no ha de ser excesivamente blando. Debe ser mullido, pero proporcionar un apoyo firme en toda su superficie. Los bordes delanteros del asiento han de disponer de curvatura adecuada para no oprimir la pierna por su parte inferior y no obstaculizar la circulación de la sangre en las piernas.

El tapizado y los materiales utilizados en el respaldo, como la rejilla, han de ser transpirables.

(Fuente: RRHHPress)

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