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El plan de medio ambiente de la EMT logra reducir un 36% las emisiones

La Empresa Malagueña de Transportes (EMT) se ha propuesto que su actividad, de por sí contaminante por el uso obligado de combustibles, tenga los mínimos perjuicios para el medio ambiente de la capital. Bajo esta filosofía, desde 2002 está aplicando un programa de reducción de emisiones de gases contaminantes, mediante el uso de vehículos más eficientes, la aplicación de filtros y catalizadores en los motores y mejoras en sus instalaciones, que han logrado que se dejen de consumir más de 15.000 toneladas de combustible, o lo que es igual, una reducción del 36,15% con respecto a las emisiones que se producían a principios de la década del 2000.
El plan se ha centrado en dos líneas de actuación, según los datos facilitados por la empresa municipal: la rebaja del consumo de recursos naturales y la reducción de emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero. La tendencia se mantiene y las previsiones para el presente año con respecto al anterior se sitúan alrededor del 3,49%, lo que representa dejar de emitir 55 toneladas de gases.
El primer capítulo se concreta con la adquisición de vehículos con motores de última generación, menos contaminantes (Euro V y ecológicamente mejorados) y en la utilización de combustibles alternativos. El 80% de la flota, compuesta por 260 vehículos, funciona con biodiesel (con una concentración de origen natural del 20%) y con gas natural comprimido; y el resto lo hacen con un motor de gasóleo de bajo consumo y equipados con el sistema 'AdBlue', que minimiza las emisiones contaminantes. Además, la EMT ensaya desde hace años con minibuses eléctricos. La entidad cuenta con su propia planta mezcladora de biodiesel, y realiza pruebas y análisis para ver el comportamiento de los motores con proporciones de gasóleo vegetal mayores.
Menos agua y electricidad
En cuanto a los recursos hídricos, se ha sustituido la estación de reutilización de las aguas de lavado por otra de mayor eficiencia, con capacidad para tratar un caudal de agua de 10 m3/h. Asimismo, se han sustituido los equipos de lavado exterior por otros más ecológicos. Estas medidas ha dado como resultado una reducción del 24 %.
Otro caballo de batalla es la factura eléctrica, para lo que se han sustituido en los talleres las luminarias de 400 vatios por modelos más eficientes, de 250 vatios. Además, se ha dotado de detectores de luz y de presencia, que realizan el apagado y encendido del mismo de forma automática. Con estas medidas, se ha obtenido un ahorro de un 40%. Buena parte del agua caliente sanitaria se obtiene mediante placas solares térmicas.
En lo que se refiere exclusivamente a los autobuses, los chófers han realizado cursos de conducción segura y eficiente, con el que se obtienen disminuciones en el consumo de combustible de hasta un 10% sobre la conducción convencional. Mientras, los motores se han equipado con cajas de cambios automáticas de nueva generación, que rebajan el gasto entre un 3 y un 5%. Y se han instalado neumáticos de perfil bajo, que disminuyen el peso de la (lo que logra una mejora adicional de entre el 2 y el 3%). El techo de los autocares cuentan con paneles fotovoltaicos para recargar las baterías.
Vehículos auxiliares
El celo por consumir cada vez menos energía llega incluso a la flota de coches auxiliares, que han pasado de motores diesel convencionales a otros que funcionan con gas licuado de petróleo (GLP), con lo que se consigue una reducción del 11% de emisiones de CO2.
Aunque su impacto en el balance ambiental es todavía bajo, la Empresa Malagueña de Transportes es pionera en el ensayo con autobuses equipados con tecnologías cada vez menos contaminantes, y que se incorporarán a la flota en el momento en que se garantice su eficacia. Entre los vehículos probados destacan los motores híbridos, tanto diesel-eléctrico como gas-eléctrico, así como de pila de combustible de hidrógeno y eléctricos puros.


(Fuente: Diario Sur)

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