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El cerco a la picaresca desploma la duración de las bajas en Málaga

13/04/2011

Dice el refrán que el que tiene un trabajo tiene un tesoro. En plena crisis y con las colas del antiguo Inem creciendo peligrosamente hacia los 200.000 parados, los malagueños son más conscientes que nunca de la importancia de conservar una nómina. En este contexto, estar de baja por enfermedad es prácticamente un lujo que muy pocos pueden permitirse.

Según advierten sindicatos y médicos laborales, el miedo a ser mal visto en la empresa y colocarse en la diana en el caso de una reducción de plantilla está generando una disminución del absentismo, como evidencian las estadísticas. A tenor del último dato publicado por el Instituto Nacional de la Seguridad Social, la duración media de los procesos de baja por contingencia común se ha desplomado un 35,4% en la provincia en los últimos tres años, pasando de los 48,35 días registrados en 2008 a los 31,14 actuales. La incidencia por cada mil asalariados también ha caído, de la tasa de 31,28 de hace tres ejercicios a la de 28,40 con la que ha arrancado este 2011.

Pero, como apuntan los expertos, este temor a perder el empleo no es el único ingrediente que explica este acusado descenso. Hay otras piezas que conforman este puzle, como es el propio papel desempeñado por la Inspección de Trabajo que, como critican tanto UGT como CC OO, no solo ha endurecido las citaciones sino que, además, en algunos casos está concediendo altas demasiado precipitadas, «lo que supone un perjuicio para la salud del trabajador, que se reincorpora sin estar debidamente cuidado, pudiendo sufrir secuelas», alertan desde sus direcciones provinciales.

«Estamos asistiendo a situaciones realmente kafkianas», lamenta Juan Miguel Contioso, secretario de Sanidad de UGT. Y continúa: «La administración, en su obsesión por mejorar su cuenta de resultados, está anticipando la primera cita con la Inspección (si antes llamaban a partir de la segunda semana ahora lo hacen en apenas siete días) y, además, está aumentando la frecuencia de dichas convocatorias, lo cual supone una gran molestia para el trabajador que esté muy enfermo y le cueste salir de casa. Es un abuso», sentencia.

En la misma línea, el secretario general de CC OO de Málaga, Antonio Herrera, subraya el «excesivo celo» con el que Trabajo está controlando las bajas. «Entre que estamos en crisis y planea la amenaza del despido y la Inspección está ejerciendo una presión injustificada es normal que se acorte su duración», argumenta, al tiempo que se queja de que siempre se aluda a la picaresca del empleado. «No se puede criminalizar al trabajador por la irresponsabilidad de unos pocos. Además, en muchos casos, esas enfermedades son culpa de las propias empresas, que no cuidan las condiciones laborales», añade.

El presidente de la Asociación Malagueña de Medicina Laboral, José Antonio Cardenete, confirma que la actividad del grupo de valoración de las incapacidades temporales se ha intensificado. Al respecto, cuenta que desde hace algo más de un año hay un subinspector dedicado exclusivamente a hacer seguimiento de dichas citaciones, «que se han vuelto más exhaustivas». «Hasta ahora rara vez te hacían una propuesta de alta antes de los quince días. Hoy, ese periodo se ha acortado», aclara. A su juicio, este hecho tiene una parte buena y otra mala. «La positiva es que el típico absentista caradura se lo piensa un poco más. La cara negativa es que pagan justos por pecadores y el que de verdad está incapacitado se encuentra con la puñeta de tener que ir a revisión sin apenas poder. Por ejemplo, un chico al que operaron de una hernia, se le complicó, le pusieron un catéter y en menos de 20 días ya les estaban citando», ilustra.

Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos, Juan José Sánchez Luque, reconoce que ante ciertas patologías, como lumbalgias o bajas ligadas al embarazo, sí se está haciendo un mayor seguimiento, aunque rompe una lanza a favor de la Inspección. «Existe un canal de comunicación fluido con los médicos de familia y tienen en cuenta nuestras recomendaciones. En ningún caso dan altas indebidas», puntualiza.

(Fuente: Diario Sur)

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