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La contaminación en Málaga se pone por las nubes

10/02/2011

El nivel de partículas en suspensión, un gas que penetra en los pulmones, supera 55 días al año los niveles permitidos por la UE.

Ni Madrid ni Barcelona. Afortunadamente Málaga no sufre los graves episodios de polución que padecen las dos grandes urbes españolas, pero hay un contaminante que ha arrojado datos muy preocupantes en el último año. Un total de 55 días superaron en Málaga (en la estación de Carranque) los niveles permitidos por la UE de partículas en suspensión en 2010, según se desprende de los informes mensuales de la calidad del aire en Andalucía realizados por la Consejería de Medio Ambiente.

Pues bien, esta polución, cuyo nombre puede sonar a chino, está formada por pequeños materiales de tamaño inferior a diez micras (es decir, casi imperceptibles al ojo humano), y su peligrosidad radica en que puede llegar a constituir un aerosol que penetra en las vías respiratorias para fijarse en las paredes internas de los conductos alveolares, y las más pequeñas incluso pueden pasar a la circulación sanguínea, según indica un informe la Consejería de Medio Ambiente.

De hecho, hoy día los científicos consideran que las partículas en suspensión son el problema de contaminación ambiental más severo por sus graves afecciones al tracto respiratorio y a los pulmones, según explica Ecologistas en Acción. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que las partículas contribuyen a aumentar las enfermedades respiratorias como la bronquitis y agravan los efectos de otras enfermedades cardiovasculares.

Pues bien, Málaga superó 55 días los niveles permitidos para este contaminante cuando la Unión Europea fija en 35 los días que, como máximo, se puede disparar este contaminante. Así que, obviamente, el Ayuntamiento de Málaga no está cumpliendo la directiva de la calidad del aire porque, aunque las mediciones hoy por hoy las realiza la Consejería de Medio Ambiente, los encargados de cumplir la directiva son los municipios en sí. Durante estos 55 días, la atmósfera de Málaga ha estado cargada con más de 50 microgramos por metro cúbico de este material particulado, que es también uno de los que más quebraderos de cabeza está provocando en Madrid y Barcelona. De hecho, en esas nubes de polución de las dos grandes ciudades, que no se disipan fácilmente cuando el régimen de vientos es nulo y se instala un anticiclón, están cargadas en buena parte de partículas en suspensión, aunque también de dióxido de nitrógeno (un contaminante que, afortunadamente, en Málaga sigue dando niveles bajos).

Las partículas en suspensión, que es uno de los contaminantes que afecta a Málaga junto al ozono, proceden de varias fuentes como el tráfico, los vientos procedentes del Sahara, el polvo de las canteras, cementeras y el polen .

Los coches, culpables
Pero, la realidad es que las fuentes de procedencia exactas no están bien analizadas en Málaga y, por contra, un estudio del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) estima que un 30% lo produce la combustión de los motores de los automóviles, otro 30% proviene del mineral que se desprende del pavimento cuando pasan los coches, otro 30% se forma a partir de la transformación de otros contaminantes gaseosos (casi todos asociados al tráfico) y tan sólo un 10% restante es de otras fuentes. Por lo que, obviamente, la gran parte, proviene del tráfico rodado. Los vientos que proceden del Sahara traen este material a Málaga, sobre todo en los meses de verano.
Ni que decir tiene que el mar sigue teniendo un importante papel en la ciudad como sumidero de la polución, que sumado al elevado nivel de precipitaciones del año pasado, propició que no hubiese más días de altos niveles de este contaminante.

La otra fuente de preocupación es el ozono, cuyos niveles han sido malos 23 días en la estación de Carranque y 30 en la del Atabal. Este contaminante no puede superarse en las ciudades europeas más de 25 días por cada año de promedio en un periodo de tres años. Así que Málaga ya puede empezar a preocuparse.

(Fuente: Diario Sur)

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