Cada dos días un coche atropella a un peatón en las calles de Málaga
27/09/2010Cada dos días, una persona es víctima de un atropello en las calles de la capital. En lo que va de año, se han producido 125 accidentes por esta causa, según datos del Grupo de Atestados recopilados por el Grupo Informático de la Policía Local de Málaga. En cuatro de ellos, los peatones fallecieron por el choque. El último caso, se produjo hace una semana. Un hombre de 34 años falleció tras ser atropellado por un camión en la capital malagueña, a la altura del mercado mayorista Mercamálaga.
Pese a todo, las cifras parecen experimentar un descenso en los últimos años. El número de atropellos bajó un 13% entre 2008 y 2009, pasando de 220 a 191 sucesos. Mientras, los siniestros mortales se mantuvieron en siete casos en los dos últimos años. Según apuntan desde la Policía Local, las razones de estos accidentes pueden ser distintas: por una negligencia del conductor, por descuido del peatón o por culpa de ambos a la vez.
«Sabemos que la primera causa de muerte en vía urbana son los atropellos a peatones», indica Antonio Martín, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, quien indica que a diario comprueba que los conductores no tienen una cultura de ceder el paso a los viandantes en los pasos de peatones. El exceso de velocidad, el consumo de alcohol una conducción estresada o los despistes pueden tener un resultado fatal.
También existen factores ambientales, según se apunta en el estudio 'Accidentalidad peatonal en los núcleos urbanos' de la Fundación Mapfre. El hecho de que existan coches mal aparcados junto al paso de cebra dificulta su visibilidad y la intensidad del tráfico también está relacionada con un mayor número de siniestros. Esto hace que las vías más conflictivas sean las grandes avenidas con gran afluencia de coches. Según la Policía Local, las zonas de mayor incidencia este año han sido precisamente la avenida de la Paloma, la Carretera de Almería, el Paseo de Sancha o la Héroe de Sostoa, calles que coinciden con esa definición.
Pero no siempre es responsabilidad de los conductores. Solo hace falta pasear por la ciudad para comprobar que hay zonas por las que las personas que van a pie se niegan a cruzar por donde deben. La esquina de la Alameda Principal con la calle Puerta del Mar, en pleno Centro, es un buen ejemplo. Las barandillas situadas en la acera no impiden que en cinco minutos una veintena de personas prefiera acortar el paso y jugarse el tipo antes que andar diez metros más hasta el semáforo. «El paso está mal situado; lo movieron para mejorar la circulación de los coches, pero los peatones nos resistimos a desviarnos», reconoce uno de estos temerarios ciudadanos.
En otros casos, los apresurados usuarios se saltan los semáforos. En el cruce entre el Paseo del Parque y el Paseo de Reding, es habitual ver a peatones mirando a diestro y siniestro para poder pasar en rojo. «Han puesto tres tramos de semáforos en apenas unos metros; es insufrible para los que vamos a pie», dice Pedro, que hace este camino dos veces diarias para ir a trabajar.
Cruzar por lugares indebidos, transitar por zonas de poca visibilidad, la luz y los factores meteorológicos o caminar en diagonal provocan percances en las vías urbanas. Los expertos hablan del exceso de confianza de los viandantes. «Los peatones son el eslabón más frágil de la cadena y los que siempre se llevan la peor parte; deben tener prudencia aunque tengan la prioridad», dice Martín.
«No se trata de un problema de mala señalización -aunque hay que vigilar que las señales estén en el lugar adecuado y visibles- sino de educación vial y de respeto mutuo en la carretera», señala Ketty Morilla, presidenta en Málaga de la asociación de afectados por accidentes de tráfico PAT-APAT, que apuesta además por reducir la velocidad en las vías urbanas a 30 kilómetros por hora y por asegurarse que las aceras por peatones tengan un ancho suficiente. Medidas para evitar que un paseo a pie acabe en una tragedia.
(Fuente: Diario SUR)
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